Observación en Base Beta

Por fin, tras un inicio de Mayo bastante movido atmosféricamente, hemos podido encontrar un hueco entre tanta nube y lluvia para poder salir como caracoles y extender nuestros telescopios al firmamento.

Skywatcher Maksutov-Cassegrain 127

Mi Maksutov de 127, alias El Pequeño Doctor

Tuvimos algún problema de transporte, uno de los coches tuvo problemas con las ruedas y perdimos la oportunidad de estrenar los filtros solares ya que cuando llegamos al sitio de observación, el sol empezaba a esconderse por el horizonte.

Aprendí allí mismo el truco para alinear el buscador y el telescopio, que era la primera vez que montaba completamente. Mi Maksutov de 127mm y 1500 de distancia focal ya empezó a mostrarme sus encantos cuando conseguí enfilar la Luna, ya en el cielo, antes de que el Sol se marchase.

Ya, más tarde, el crepúsculo astronómico llegó, mientras las estrellas asomaban lentamente. Y descubrí que alinear a dos estrellas no es tan sencillo como pensaba. Creo que mi problema era por un lado la falta de precisión en cuanto la altitud y en cuanto la hora, ya que se puede ajustar al segundo el reloj interno de la montura. Ahora tengo un par de apps en el móvil que me dan la altitud GPS y la hora ajustada a un reloj atómico, yo creo que con esto conseguiré bastante más precisión.

Ya que hablamos de alineación, hice tres, la segunda, usando el método Brightest star consiguió unos resultados sorprendentes, lo que me permitió hacer las mejores observaciones. M81, M82 aparecieron en mi ocular, tan débiles como M4, pero ahí estaban a pesar de tener una Luna muy potente a la que no hice todo el caso que se merecía, realmente.

Lo que si que se vió bien, fueron los planetas, donde brillan especialmente los telescopios como el mío. Júpiter, con cuatro de sus satélites. Conseguí apreciarlo con detalle, sus líneas y todo. Saturno también asomó, dejando ver sus anillos y casi pude observar la separación de Cassini. Marte, aunque pequeño, dejó entrever sus cascos polares blanquecinos, recortados contra el rojo del resto del planeta.

Finalmente, tratamos de hacer una foto a Júpiter, que se tornó una bola blanca, y se me escapó M67. También conseguí resolver dos estrellas dobles; Castor, en Géminis, aunque bastante juntas y Albireo, la cabeza del Cisne, que mostró hasta sus colores en ambas, amarilla y azul.

Se me quedaron cosas en el tintero, pero aprendí sobre el telescopio y la montura, fue una noche estupenda aunque no propicia para los objetos del cielo profundo y ya por fin, he podido estrenar mi telescopio.

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